"Las
calles de Buenos Aires
ya
son mi entraña.
No
las ávidas calles,
incómodas
de turba y ajetreo,
sino
las calles desganadas del barrio,
casi
invisibles de habituales,
enternecidas
de penumbra y de ocaso
y
aquellas más afuera
ajenas
de árboles piadosos
donde
austeras casitas apenas se aventuran,
abrumadas
por inmortales distancias,
a
perderse en la honda visión
de
cielo y llanura.
Son
para el solitario una promesa
porque
millares de almas singulares las pueblan,
únicas
ante Dios y en el tiempo
y
sin duda preciosas.
Hacia
el Oeste, el Norte y el Sur
se
han desplegado –y son también la patria– las calles;
ojalá
en los versos que trazo
estén
esas banderas."
Jorge Luis Borges